Gabinetto dei Disegni e delle Stampe delle Gallerie degli Uffizi
Considerado en el catálogo de la colección Santarelli (1870) como dibujo de Blas de Prado (h. 1545-1599), Sánchez Cantón (1930) lo catalogó correctamente como obra del pintor madrileño Antonio de Pereda. Tanto el rostro de esta figura como la forma de emplear la sanguina son propios de este artista, que ha dibujado aquí una academia, probablemente realizada del natural. También del natural, y trazada con técnica similar, encontramos la academia atribuida a Francisco de Herrera el Mozo (1627-1685) conservada en el Museo de la Casa de la Moneda de Madrid . Es posible que las coincidencias formales entre ambos diseños se deban simplemente a que ambos son academias, y, en consecuencia, a las posturas convencionales que los modelos adoptaban a la hora de posar frente a los artistas que aprendían a trazar la anatomía humana. Sin embargo, en este dibujo, es muy carácterística la forma de moldear el cuerpo mediante la aplicación de la sanguina, usada con dureza para delimitar los contornos del cuerpo y más suavemente para realizar el sombreado tanto de la figura como del fondo. De esta fórmula se harían eco Juan Carreño de Miranda (1614-1685) y sus discípulos, que recurrirían asimismo, para trazar los fondos, a líneas paralelas a lápiz negro, como aquí, para acentuar los contornos de la figura y su ubicación en el espacio. Entra pues esta hoja dentro de la tradición del dibujo madrileño que introdujeron Vicente Carducho (h. 1576-1638) y Eugenio Cajés (1574-1634), mientras que la manera de reproducir las carnaciones se relaciona, en el caso de Pereda, con el mundo flamenco. Por la postura del per sonaje podría tratarse de un esbozo preparatorio para alguna de sus figuras de santos ermitaños. (Benito Prieto Navarrete in Madrid 2016)