Gabinetto dei Disegni e delle Stampe delle Gallerie degli Uffizi
Dibujo clasificado como anónimo español en la colección Santarelli (1870), Pérez Sánchez (1972) lo catalogó como de Sebastián de Herrera Barnuevo por la elegancia del trazo, característica del pintor, y los modelos de ángeles, a lo que hay que añadir la riqueza de color de las aguadas, similar a la de otros dibujos del artista, como el 'Proyecto para el baldaquino de la capilla de san Isidro, en la iglesia de San Andrés de Madrid' de la Biblioteca Nacional de España (Dib/13/2/80, link). La evidente autoría de Herrera Barnuevo, quien desempeñó un papel destacado en la entrada proyectada para la corte de Mariana de Austria (1649), llevó a López Torrijos (1985) a relacionar este diseño con la decoración para la fuente de la plazuela de la Villa o de San Salvador, de forma piramidal y coronada por una estatua de Palas Atenea. Estas dos características coinciden con la descripción de una fuente fabricada en mármoles blancos y negros con adornos de bronce, diseñada por el proyectista de origen florentino Rutilio Gaci (1570-1634) -autor de otras, alabadas por Vicente Carducho (h. 1576-1638), que embellecieron la corte-, pero su decoración efímera con motivo de dicha entrada, que consistió en aumentar los surtidores de agua de la fuente y rodearla de peñascos adornados con conchas, flores, pájaros, corales, etc., no fue la que vemos en este dibujo de los Uffizi. Cabe la posibilidad de que estemos ante un primer proyecto de decoración para la fuente, que en entradas posteriores fue objeto de importantes transformaciones efímeras tanto en la decoración como en el contenido simbólico, en las que se mantuvo la forma piramidal y la diosa titular, apoyada por la presencia de delfines, habituales en las fuentes, pero también en la decoración de los arcos para esta entrada. Atenea o Minerva, diosa augusta, virginal, guerrera y protectora de héroes, personificación de la sabiduría y la prudencia, se representa con túnica, manto, media coraza y morrión troquelado con la cabeza de un delfín, en actitud de ofrecer un par de coronas, que sostiene en cada una de sus manos. En la base del pedestal, a uno y otro lado, dos ángeles sobre despojos de guerra empuñan las laureas y estandartes de la victoria. En el pedestal, en el que se indican las diferentes tonalidades para los mármoles y jaspes que se debían fingir o componer para la ocasión, figura una cartela en la que se lee la siguiente inscripción en latín: “Quia beneplacitum est/ Domine in generatione hac/Coronam immortalitatis/ ponam super capite eorum”, que en una traducción libre sería: “Es mi deseo, señor, en esta generación, poner sobre sus cabezas la corona de la inmortalidad”, texto tomado seguramente de diferentes salmos. Dos delfines, identificados con el agua y la prudencia, con las colas entrelazadas, y otros dos a uno y otro lado, decoran la base del pedestal. (Teresa Zapata in Madrid 2016)